La osteocondrosis de la columna cervical es una patología que, con mayor frecuencia que otras, se convierte en la causa del dolor de cuello. Es importante diagnosticar la enfermedad a tiempo y comenzar el tratamiento, que, entre otras cosas, incluye gimnasia de cuello para la osteocondrosis. Ayudará a fortalecer el corsé muscular, formar la postura correcta y prevenir el desarrollo de posibles complicaciones.
Diagnóstico y tratamiento de la osteocondrosis cervical.
Uno puede sospechar el desarrollo de la enfermedad en uno mismo por la aparición de dolor, molestias en la región del cuello, que se intensifican al girar, inclinar la cabeza, permanecer en una posición incómoda durante mucho tiempo, hipotermia. Es importante diferenciar la osteocondrosis de la columna cervical de la neuropatía por compresión del nervio mediano. Los expertos de la facultad de medicina creen que en el 48, 5% de los casos, el diagnóstico se realiza de forma incorrecta.
En cuanto al tratamiento, la mayor eficacia la demuestran los productos biológicos en combinación con ejercicios especiales de gimnasia terapéutica y recreativa. Tales conclusiones fueron alcanzadas por científicos que publicaron los resultados de su investigación en el Journal Georgian Medical News.
Ejercicios de fisioterapia para el cuello.
La fisioterapia para la osteocondrosis cervical incluye los siguientes ejercicios:
- La cabeza se inclina. Párese derecho o siéntese en una silla con la espalda recta. Incline lentamente la cabeza hacia el hombro derecho, sintiendo la tensión de los músculos del cuello. Quédate inmóvil en esta posición durante unos segundos y realiza el ejercicio en el otro sentido, es decir, inclínate hacia el hombro opuesto.
- Giros de cabeza. Baje la cabeza hacia abajo, tratando de tocar el hueco con la barbilla: la fosa yugular. Para potenciar el efecto, puedes ejercer influencia en la parte posterior de la cabeza con pinceles cruzados. Permanecer en el punto de mayor tensión durante unos segundos y luego comenzar a girar la cabeza, primero en una dirección, deslizando la barbilla a lo largo de la parte superior del esternón, luego en la otra.
- Subir y bajar los hombros. Párate derecho con los brazos a los costados y comienza a subir y bajar los hombros. Para mejorar el efecto, puede aumentar la carga, y las mancuernas pequeñas ayudarán con esto. Alternativamente, puede llenar botellas de plástico con agua o arena.
- Movimientos circulares con los hombros. Este ejercicio es muy similar al anterior. La única diferencia es que no es necesario levantar los hombros hacia arriba y hacia abajo, sino hacerlos en un movimiento circular. Mantén tu espalda recta.
- Extensión. Párese derecho o siéntese en una silla con la espalda recta. Coloque los brazos cruzados en la parte posterior de la cabeza. Lleva la cabeza hacia atrás, mientras que al mismo tiempo le brindas resistencia con las manos. Mida en el punto de mayor voltaje durante unos segundos.
- Flexión. Este es similar al ejercicio anterior, solo que se realiza en la dirección opuesta. Es necesario colocar los brazos cruzados sobre la frente y comenzar a bajar la cabeza hacia abajo, oponiéndose con las manos. Mida en el punto de mayor voltaje durante unos segundos.
Los ejercicios deben realizarse sin problemas, sin prisas, al mismo tiempo que la respiración. Si aparecen dolores intensos u otras sensaciones incómodas, interrumpa las clases y consulte a un médico al respecto.